Visa USA para un aprendiz rural
Hace 6 años, cuando Edward Valenzuela culminó su bachillerato en la Institución Educativa Santa Juana de Arco del municipio de Santa María, en sus proyecciones de vida nunca se vislumbró el ostentar el título de economista. La falta de orientación vocacional y la ausencia de personas en su entorno familiar que le proporcionaran información sobre las diversas disciplinas, lo obligó a tomar una decisión a ciegas. Tan pronto se adentró en los universos teóricos de Adam Smith, John Maynard Keynes y David Ricardo; creció en él una paulatina fascinación por las ciencias económicas.
Es por eso que Edward confía en los señuelos inesperados que el azar teje en la vida, como una constelación de enigmáticas puertas, que una vez abiertas, él se dedica a explorar. “Nunca pensé que iba a ser economista; todo fue una cadena de imprevistos. Cuando obtuve la beca Jenaro Díaz Jordán no conté con mayor ilustración para escoger la carrera. No tenía ni idea que era economía y para qué servía. Con el paso de los semestres me enamoré de la profesión y me convencí que cuando tuviera el título en las manos, podía regresar a mi pueblo a aportarle. Por eso desde que obtuve el título, volví al pueblo”.
De regreso a su municipio, Edward se vinculó a la Asociación de productores agropecuarios y truchícolas del municipio de Santa María. Fue el momento revelador en el que los conocimientos que llegó a creer inaplicables y alejados de la realidad, le resultaron oportunos para nutrir una experiencia de trabajo asociativo que se había gestado tres años atrás en la vereda Santa Librada.
Fue él, quien con la osadía que siempre lo acompaña, persuadió a los integrantes de la asociación de acudir al Servicio Nacional de Aprendizaje para lograr la cualificación de sus productos y ser orientados en las áreas del emprendimiento, la piscicultura y la producción agropecuaria-ecológica. Edward, con 24 años de edad y economista egresado de la universidad Surcolombiana de Neiva, viajará a Estados Unidos luego de ser seleccionado en una convocatoria del programa Jóvenes Rurales Emprendedores. Después de competir con aprendices de todo el país, logró demostrar con suficiencia que posee una insaciable vocación por el saber y el trabajo comunitario.
La pasantía académica, que incluye jornadas de trabajo en prestigiosos centro académicos como la universidad de Harvard y Massachusetts, tendrá como ejes temáticos la sensibilización en áreas que para Edward hoy son una obsesión: El liderazgo y el medio ambiente. “Desde niño crecí escuchando que el campo no genera ganancia. Por eso mi aporte a la asociación y al municipio ha consistido en hacer pedagogía sobre los beneficios del trabajo tecnificado. En la vereda Santa Librada se ha logrado convencer a los campesinos que la agricultura se ha modernizado y que seremos competitivos solo si nos organizamos con visión empresarial. Eso hemos hecho”.
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